Responsabilidad (2)

El tiempo que Dios nos da

Presentación en transparencias

Dios creó el tiempo y con el tiempo nos da oportunidades y la maravillosa posibilidad de realizarnos. ¿Qué significa realizarse uno? Es poder llegar a ser alguien completo e integro. Es convertirse cada día, a cada paso, en una persona digna de su Creador. Dios nos da con el tiempo la posibilidad de enmendar nuestros caminos y de emprender nuevas veredas que potencian todos los aspectos de nuestra vida. Pero el tiempo puede ser elusivo en nuestra imaginación y así podemos perder las oportunidades y terminar fracasados y estancados en la vida. Por eso Dios hizo los astros para que «sirvan de señales de las estaciones, los meses y los años» (Génesis 1:14-15) La tierra, el sol, la luna y las estrellas con sus movimientos y sus ritmos nos ayudan tener una mejor noción del tiempo. Tenemos mañanas, días y noches; semanas, meses y años; horas, minutos y segundos. Así podemos podemos tomar conciencia del tiempo y aprovecharlo como conviene.

La Biblia nos enseña que debemos aprovechar el tiempo. El apóstol Pablo en Efesios 5:15-17 dice: «Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. Por tanto, no sean insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor.»

Hay por lo menos cinco grandes lecciones en esta cita:

  1. La necedad y la sabiduría son formas de vida. Se vive de una u otra manera: como sabio o como necio. Las decisiones que tomamos y las cosas que hacemos momento tras momento reflejan que clase de personas somos: sabios o necios.
  2. Hay que tomar conciencia de cómo vive uno. Si queremos vivir como sabios tenemos que examinarnos a nosotros mismos y «tener cuidado» de qué hacemos y qué no hacemos con el tiempo que Dios nos da.
  3. El necio desperdicia el tiempo; el sabio lo aprovecha.
  4. Tenemos que reconocer que «los tiempos son malos». Las circunstancias a nuestro alrededor generalmente no están a nuestro favor. Muchos están interesados en nuestro tiempo y nuestra atención, y no necesariamente para ayudarnos a ser mejores y lograr nuestra metas. Tomemos, por ejemplo, a Facebook. A ellos les interesa que uno se conecte una y otra vez y que pase tiempo en la red. Así uno contribuye a las estadísticas que hacen los anuncios comerciales en Facebook más valiosos. 
  5. Finalmente, los sabios quieren hacer la voluntad del Señor; los necios la suya propia. La voluntad del Creador es la que nos conviene. El sabe cómo somos y qué es lo que de verdad necesitamos. La voluntad propia está sujeta al placer y al capricho y a múltiples influencias externas que no tienen nada que ver con nuestra realización personal.

Los expertos nos dicen que para crecer necesitamos adquirir y desarrollar lo que ellos llaman «Destrezas ejecutivas». Estas son «las destrezas que adquiere el cerebro para ejecutar planes, realizar acciones productivas y completar tareas necesarias.» El cerebro es como otros miembros de nuestro cuerpo. Tiene que desarrollarse y aprender destrezas. Así como nuestras piernas aprenden a caminar, nuestros brazos a llevarnos la comida a la boca sin tirarla y nuestros dedos a escribir, así también nuestro cerebro tiene que aprender estas «destrezas ejecutivas» para que podamos lograr lo que nos proponemos. 

¿Cuáles son esas destrezas? 

  1. Controlar nuestras reacciones
  2. Desarrollar una memoria de trabajo
  3. Aprender a controlar nuestras emociones
  4. Aprender a mantener la atención
  5. Poder tomar la iniciativa
  6. Saber planear y establecer prioridades
  7. Saber organizarse
  8. Saber distribuir y administrar el tiempo
  9. Tener persistencia para lograr las metas
  10. Desarrollar flexibilidad para ajustarse rápidamente a cambios y circunstancias nuevas
  11. Desarrollar la metacognición propio. Es decir la capacidad de tener una perspectiva de sí mismo en conjuntos con los planes y las circunstancias y de auto evaluarse

Administrar el tiempo es una de estas cualidades ejecutivas esenciales. ¿Qué necesitamos para aprender a administrar el tiempo?

  1. Reconocer la importancia del tiempo
  2. Saber establecer rutinas
  3. Saber establecer metas
  4. Saber cumplir las metas sin dejarse desviar por distracciones
  5. Saber cuánto tiempo tiene uno
  6. Saber cómo distribuir su tiempo
  7. Saber ajustarse a los plazos

A continuación ofrecemos cuatro dinámicas para ayudar a nuestros niños a administrar el tiempo,

  1. La línea del tiempo de la familia. Esta actividad nos ayuda a valorar el tiempo. Pegue papel a lo largo de una pared o use marcadores lavables para pintar sobre la pared una linea de tiempo de la familia donde usted y sus niños puedan escribir y hablar sobre eventos importantes en su familia (incluyendo los ancestros si así lo desean) y que se extienda hacia el futuro incluyendo metas y planes familiares. 
  2. El templo del Espíritu Santo. Elabore una lista de rutinas necesarias para mantener la higiene y el buen cuidado del cuerpo, que es el templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19). Póngase de acuerdo con el niño sobre algún privilegio que pueda tener al cumplir cabalmente todas las rutinas en una semana. Indique con una barra (/) todos los recordatorios que fueron necesarios. La siguiente semana propóngase realizar la rutina con menos recordatorios y así sucesivamente hasta aprender a realizar las rutinas sin recordatorios. Puede descargar y usar nuestra tabla Templo del Espíritu Santo.
  3. ¡Me robaron el tiempo! La televisión, los juegos digitales, los teléfonos y las tabletas son de las cosas que más nos quitan el tiempo. Para aprender a controlar estas cosas póngase de acuerdo con sus hijos en un cierto número de horas a la semana dedicadas para el uso de estos aparatos. Divida una hoja de papel en tantas horas como acordaron. Cada vez que se cumpla una hora de uso de los aparatos, corte el pedazo de papel correspondiente. Cuando se acabe el papel, se acaba el uso del aparato.
  4. Aprovecho mi tiempo. Elabore con sus hijos un horario de actividades que se deben cumplir un día y a una hora determinada. Indique cuándo se cumple la tarea y pónganse de acuerdo sobre un privilegio relacionado con el cumplimiento cabal de todas las tareas en el tiempo acordado.  Puede descargar y usar nuestro horario Aprovecho mi tiempo.
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Criar para la independencia

Totalmente dependiente

Tu recién nacido está en tus brazos. ¿Qué sentimientos llegan a tu corazón? ¿Qué pensamientos pasan por tu mente? ¡Eres Padre! ¿Qué se supone que hagas? Bueno, ¡criarlo! Pero, ¿que es criar?

Criar un hijo es mucho más que darle comida y techo para que la naturaleza siga su curso y el bello retoño se desarrolle mágicamente ante tus ojos. Tan pronto te das cuenta de que tienes un increíble ser humano entre tus manos, el enorme peso de la responsabilidad cae sobre tus hombros. Criarlo significa educarlo, cultivarlo, guiarlo, entrenarlo, disciplinarlo, y muchas cosas más. Esta es una gran tarea que requiere toda tu concentración, dedicación y perseverancia.

Debes saber donde está tu hijo y donde quisieres que esté. Hablemos de tu primera meta. Tú quieres que sea independiente; ¡pero su nivel de independencia al nacer es cero! Depende totalmente de ti. Tal vez te sientas bien al pensar que tienes una pequeña niña que necesita de ti. La idea de tener control absoluto sobre tu pequeño bebe puede hacerte sentir increíble. Pero la verdad es que debes prepararla o prepararlo para vivir sin ti. 

En la vida hay que ser Independientes 

Este es el curso natural de la vida. Muy pronto no podrás estar con ellos las veinticuatro horas del día. Ellos pronto querrán independizarse. ¡Se independizarán y querrán vivir su propia vida! De todos modos, definitivamente tendrás que dejarlos algún día. Te irás y ellos se quedarán. Por eso es absolutamente necesario que los hagas cien por ciento independientes de ti. 

Ahora bien, querer ser independiente es una cosa; tener las habilidades para serlo es otra. Tú no tienes que desarrollar el deseo de ser independiente en tu hijo. Esto llega espontáneamente. Pero las habilidades sí las tiene que aprender. Aprender a ser independiente es un proceso largo y hay que empezar a entrenarlos desde muy temprana edad.

Habilidades para ser independientes

Para ser independientes tus pequeños tienen que aprender a tomar por sí mismos decisiones responsables, reparar sus propios errores, bregar con sus propias dificultades, resolver sus problemas, forjarse sus propias metas, y vencer sus obstáculos. Recuerda que son seres humanos. No les gustará encontrar estorbos en su camino. Correrán hacia ti para que les resuelvas sus problemas. Serán negligentes con sus metas y se negaran a tomar decisiones difíciles.

Qué hacer y que no hacer

No los sobre protejas. No tomes las decisiones que ellos deben tomar. No resuelvas todos sus problemas. No abras todas sus puertas. Déjalos que comentan sus errores. No suplas los que les falte por cumplir sus propias metas. Aunque te incomode ser estricto en estas cosas, ellos tienen que aprender a ser independientes. Déjalos que escojan. Se firme y déjalos sufrir las consecuencias de sus errores propios. Si vienen a ti con un problema, pregúntales como ellos lo resolverían? Platica con ellos. Ayúdales a encontrar la información que necesiten. Acompáñalos en sus batallas, pero insiste en que sean ellos mismos quienes las peleen y déjalos ganar sus propias victorias. Esto aumentará su estima propia y les dará seguridad en sí mismos. 

No inventes excusas. Olvídate de darles las cosas que tú nunca tuviste. Satisfacer todos sus deseos no los convierte en un personas independientes. Toma conciencia cuando te venga la tentación de ser un padre o una madre sobre protectora. Asegúrate de que tus chicos no corran ningún peligro, pero deja que pasen esas pequeñas caídas y golpes que enseñan lecciones valiosas. No pienses que tu pequeño aprenderá cuando crezca. ¡Que aprendan desde la más tierna edad en cuanto se presente la situación! Aprender a ser independiente requiere mucha práctica

Tus hijos necesitan comer solos lo más pronto posible. Necesitan vestirse y asearse solos. Necesitan tener deberes y ser responsable por sus cosas y su tiempo o afrontar las debidas consecuencias. Ser padres permisivos no conviene a la independencia. Al contrario, promueve la inmadurez y el capricho

 

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