Rabia, indignación y asco

Por la forma como el policía Michael Slager en EE.UU. asesino a Walter Scott

El video aportado con alto valor civil por un joven hispano, desnudó el sucio proceder de algunos oficiales de los Departamentos de Policía de los EE.UU., quienes en su proceder denotan un total desprecio a la Constitución Federal, a las  leyes  y a las normas de procedimiento policivo, y obviamente, a los derechos humanos.

El policía Michael Thomas Slager, según lo visto en el video, acribilló inmisericordemente por la espalda a un hombre indefenso, disparándole en ocho oportunidades; y su proceder, una vez ejecutada la pena capital, evidenció una calculada y perversa conducta criminal, no solo por la indolencia humana, sino por la manera premeditada con que alteraba la escena del crimen.

La vil coartada del policía Slager de que la víctima le había agarrado su pistola paralizante y por eso había tenido que dispararle en defensa propia, quedó totalmente desvirtuada, pues el video demuestra que la víctima estaba corriendo cuando él le disparó repetidamente, y luego, recoge algo y lo pone junto al cadáver, ese algo al parecer es la pistola electroshock.

El debate nacional por la violencia, el abuso y la brutalidad policial en EE.UU. ha llegado al tope con el caso de Walter Lamer Scott, un afroamericano de 50 años, que vivía en la ciudad North Charleston de Carolina del Sur, ya que el video de su muerte está dándole la vuelta al mundo provocando rabia, indignación y asco por el proceder del oficial de policía Michael Slager, quien ya fue acusado formalmente de asesinato.

La escalada de personas muertas a manos de policías en EE.UU., desde el verano del 2014, se ha incrementado, y la mayoría han sido hermanos  afroamericanos. También hay víctimas de origen hispano. 

Si la policía tiene, por sus especiales atribuciones, la función primordial de mantener el orden público mediante procedimientos que sean lícitos, humanos y disciplinados, entonces,  ¿qué está pasando en la formación de policías en los EE.UU., o cuales son las directrices que se les dan?

El debate por el anacronismo de la pena de muerte establecida en 32 estados de los 50 de EE.UU. está en furor desde hace tiempo, ya que Juristas, Escuelas de Derecho, Organizaciones Defensoras de Derechos Humanos e Instituciones Religiosas, han denunciado que la complejidad del sistema judicial estadounidense no permite calcular la cantidad de errores que la justicia en EE.UU. lleva sus espaldas.

Un estudio reciente había arrojado un cálculo que indicaba que los inocentes sentenciados a muerte son más de lo que se suponía. El profesor de la Universidad de Michigan, Samuel Gross  y su equipo, nos ofrecen una paradoja: Cuanto más tiempo pasa un preso  inocente en riesgo de ser ejecutado, más probable es que salga exonerado. Es el caso de los 143 condenados a muerte que se libraron antes de llegar al cadalso desde 1977, año en que se restauró la pena capital.

Pero el profesor Gross, también explico un escenario mucho más común y más terrible: “La mayoría de los inocentes que fueron condenados a muerte terminan recibiendo una fatídica medida de gracia: cambio de la pena de muerte a cadena perpetua.

En el 2014, durante la Conferencia de Obispos católicos de EE.UU., monseñor Thomas Wenski,  Arzobispo de Miami, advirtió: “continuaremos diciendo que no se puede enseñar a no matar, matando”, y exigió que se llegue a la decisión de detener la pena de muerte; y en una alocución reciente, el papa Francisco expuso las razones del porque la pena de muerte es inadmisible.

Que va a suceder ahora, con el nuevo debate sobre los policías de EE.UU., quienes  al parecer, creen que tienen “Licencia Para Matar”, como lo indican los nefastos episodios sucedidos últimamente, y  en los cuales, sin un debido procedimiento, sin un discernimiento sobre el valor sagrado de la vida humana,  un oficial de la policía, cree que puede decretar y ejecutar la pena capital, solamente bajo sus propias razones.

Aquí en Texas, propiamente en la ciudad de Grapevine, tenemos también un indignante caso: La impiedad y la crueldad como  disparo el Oficial de Policía, Robert Clark para ocasionarle la muerte al joven hispano Rubén García Villalpando, en otro escabroso procedimiento policial acaecido el 20 de Febrero de este año. Lo indignante, es la insolidaridad y la falta de responsabilidad social de quienes no facilitan la divulgación publica de un video, que también podría ser concluyente sobre la manera que actuó el Oficial Clark. Es hora de que aprendan del valor civil y del alto sentido de justicia de Fayden Santana, quien no sólo aportó el video, sino que ha declarado públicamente la versión de los hechos que el presenció y filmó, para que se haga justicia con el crimen de Walter Scott, en Carolina del Sur.

Hay suficiente evidencia sobre lo que ha pasado: Oficiales de Policía involucrados en procedimientos ilícitos, sin ética profesional, sin humanismo, y que no enfrentan cargos. Las protestas a nivel nacional se han intensificado, después que un Gran Jurado se negó a acusar a los policías involucrados en los asesinatos de Michael Brown en Ferguson, Missouri, y Eric Garner en Staten Island, Nueva york.

El tema de los Derechos Humanos en EE.UU. no puede seguir siendo retórica. No se puede seguir emitiendo enjundiosos informes sobre la violación de los derechos humanos en todos los países, menos en los EE.UU.

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