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Básicamente, el discernimiento es la habilidad de pensar y así poder decidir entre la verdad y el error; lo bueno y lo malo. Las escrituras nos enseñan que es responsabilidad de cada cristiano poder discernir, porque sino lo hacen, los cristianos estarán en peligro de ser “llevados por doquiera de todo viento de doctrina” (Efesios 4:14); y en Primera de Juan 4:1 dice: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios”. Increíblemente, el candidato Donald Trump, diciendo sandeces, se convertiría en el candidato republicano, y Sanders sigue ilusionando a incautos con sus utopías. 
Resulta aterrador que un aspirante a la presidencia del país de la civilidad, tenga en su discurso el mismo libreto xenofobico y nacionalista que usaran Hitler y Mussolini, y lo aclamen por decir barbaridades y estupideces tales como “Podría disparar a la gente en la Quinta Avenida y no perdería votos”, o “El Vaticano tiene unos muros que me servirían de modelo para el que van a pagar los mexicanos”, o “Aplicaré nuevamente el ahogamiento simulado a todo sospechoso”, o “Devolveré a los refugiados sirios a su país”, o “Amo a los pobremente educados porque son los mas fieles”, etc.
La historia humana se ha caracterizado por la lucha constante contra diversas adversidades, y la pandemia politiquera del populismo esta haciendo estragos en la humanidad, pues el poder del dinero ha cooptado no sólo las dictaduras, sino también las llamadas “democracias”. En EE.UU. con lo de Trump, el cáncer social esta haciendo metástasis.
En cuanto al populismo de Bernie Sanders, también puede ser muy preocupante ya que se evidencia en sus seguidores, no solo una ignorancia crasa del sistema político actual estadounidense, sino además, una ignorancia total sobre la ineficiente y lánguida labor parlamentaria del senador de Vermont, quien a pesar de tantas décadas en la función publica estadounidense, su gestión es nula. Se quedo en la historia con su participación en la Marcha de Washington” junto a Martín Luther King Jr. en 1963, y ha estado ausente en los grandes debates que lo hubiera mostrado como un verdadero defensor de los derechos humanos de los inmigrantes. Se pregunta uno, porqué si ofrece la educación gratuita no hizo pronunciamiento alguno cuando los congresistas republicanos hundieron la partida presupuestal que el Presidente Obama había presentado para dar gratuitamente los dos primeros años de universidad  y el bono adicional de $2..500.oo dólares para el estudiantado, pensando en las multitudes de latinos que no han podido acceder a la formación profesional; o porqué guardo silencio cuando el presidente Obama pidió al congreso subir el impuesto a los más ricos que habían sido amparados por el mandato presidencial de George w. Bush, y reducir los altos impuestos que paga la clase trabajadora; y porqué tampoco defendió  los derechos de las minorías, cuando el presidente Obama ataco de frente las desigualdades sociales y la falta de oportunidades para  los hispanos y los afroamericanos, cuando los congresistas republicanos hundieron la propuesta fiscal del presidente Obama que pretendía ayudar a las familias trabajadoras, en educación pre-escolar, universitaria y en las jubilaciones. Porqué el senador Bernie Sanders, hace apenas un poco tiempo, no estuvo del lado del sueño americano de los hispanos estadounidenses, como lo establece la Constitución. 
Como lo escribiera el historiador mexicano Enrique Krauze en el libro El Poder y el Delirio sobre Hugo Chávez, el populismo adormece, corrompe y degrada el espíritu publico; y para ponerlo en otras palabras, el escandaloso progreso de la candidatura de Trump no sólo es una novedad de la política estadounidense, sino que también es un fenómeno político con raíces muy profundas en la historia de la maldad humana y con potencialidades muy siniestras para el futuro de la hispanidad. 
Este “Súper Martes” es una buena oportunidad para discernir electoralmente.
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